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Hoy se cumplen cien años del salto de Franz Reichelt desde la Torre Eifel (muy al estilo de Baumgartner)



Un día como hoy, hace cien años, el sastre austriaco Franz Reichelt intentó realizar un histórico salto de noventa metros desde la Torre Eifel, valiéndose únicamente de su paracaídas casero, mientras su hazaña era grabada para la posteridad. He aquí el registro de ese evento:


Está bien, mentí. El salto no tuvo la estratosférica gloria del de Felix Baumgartner, ya que nuestro aventurero de principios del siglo XX terminó estampado contra el suelo, dejando una marca de quince centímetros de profundidad tras una muerte instantánea. Cosa que no era nada extraña en una época de científicos locos y pioneros, que intentaban hazañas, a veces imposibles, sólo para pasar a la historia por ser los primeros en algo. Aunque claro, Reichelt tendría más de maestro de Kung Fu que de científico.


Recordemos que el austriaco no era más que un sastre que había diseñado un paracaídas, sin conocimiento alguno de física o aerodinámica que le permitiera, al menos sospechar, que su traje no funcionaría. Valiéndose de su (poco) sentido común realizó pruebas del paracaídas con muñecos para ver el funcionamiento de su diseño; muñecos que por supuesto se destruyeron contra el suelo. Lo que lo llevó a la única conclusión de que el diseño era correcto, pero debido a que los muñecos no tenían la capacidad de abrir los brazos para aumentar la superficie de frenado, era necesario que saltara en persona para probar que su invento funcionaba (?). 

La estupidez de Franz Reichelt  es un digna candidata a un Premio Darwin. Mejor pongo el salto de Felix Baumgartner de Youtube para ver una proeza exitosa:



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